Descansa en paz, si te dejan

Todos se indignaron por el bulo de la ministra cuando, para indignarse, primero hay que tener dignidad. Justificaban así su falta de profesionalidad. Estos mismos buitres que ahora plañen, se cebaron en la Jurado y en su familia, persiguiéndolos hasta la extenuación, dando pábulo a los rumores de la homosexualidad de Ortega, clavando sus puñales en lo que más le puede doler a una madre: la infelicidad de una hija. Y lo volverán a hacer. Es su negocio y, como les gusta repetir, el público lo pide.

Adriano, en Jabalí Digital (sobre la muerte de Rocío Jurado).

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